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¿Qué sabemos del sobrecalentamiento de los edificios de energía casi nula?


Los sistemas de refrigeración por ventilación contribuyen en los edificios de energía casi nula en dos frentes: en los objetivos de ahorro de energía y reducción de emisiones y en la reducción del riesgo de sobrecalentamiento.


¿Por qué nos debe preocupar el riesgo de sobrecalentamiento de los edificios de energía casi nula?

Con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de la edificación, se han puesto en marcha en toda Europa una serie de buenas prácticas para combinar la reducción del consumo de energía de los edificios con el mantenimiento de una adecuada calidad del aire interior.


La base de estas buenas prácticas es siempre la reducción de la demanda de calefacción, pero hay que tener en cuenta que surge un “efecto secundario”.

A menudo aumenta el riesgo de sobrecalentamiento en las temporadas más cálidas, debido al aumento de la estanqueidad de los cerramientos, el nivel de aislamiento óptimo y las ganancias solares.


¿Refrigeración por ventilación o refrigeración activa?

Normalmente, un caso de sobrecalentamiento en un edificio existente, se aborda con soluciones de refrigeración activa


Si este efecto adverso se tiene en cuenta en la fase de diseño del edificio se pueden valorar otras alternativas, como la protección solar controlada, la refrigeración por ventilación o la mayor inercia térmica de los cerramientos en climas fríos.


Los sistemas de refrigeración por ventilación permiten resolver el sobrecalentamiento de un edificio de alta eficiencia, sin casi recurrir a la refrigeración activa.

El valor de la refrigeración por ventilación en los climas cálidos.

En la mayoría de las regulaciones europeas no están correctamente considerados los cálculos energéticos en los meses de verano, en ausencia de sistemas de refrigeración activa. Esto supone un barrera importante al desarrollo de esta tecnología, que podemos considerar fundamental en climas templados y cálidos como el de España.


Conceptos como la ventilación hibrida deben ser extendidos entre los profesionales de la edificación.


La capacidad térmica de los materiales

Las propiedades de inercia térmica de un material o cerramiento refieren a su capacidad térmica. En un edificio, estas propiedades se manifiestan en tres etapas térmicas:

  1. Carga: el material absorbe calor.

  2. Almacenamiento: el material guarda el calor absorbido.

  3. Descarga: el material cede el calor almacenado.

Durante el periodo invernal, un material ubicado en los cerramientos interiores del edificio puede almacenar la radiación solar durante el día y cederla durante la noche, aportando una calefacción pasiva. Durante el verano, es capaz de absorber el calor al interior del edificio y cederla en la noche para su expulsión con una ventilación natural nocturna, extrayendo el calor acumulado en los cerramientos para su recarga el día posterior.

Cabe destacar que la inercia térmica es capaz de almacenar energía pero en ningún caso capaz de generarla. La capacidad térmica de un material se distingue de su transmitancia térmica, este último refiriéndose a la tasa de transferencia de calor a través del material o cerramiento (una medida de su grado de protección térmica).


El sobrecalentamiento, la calidad del aire, la humedad y el ruido son factores clave para hacer frente a la hora de diseñar una solución de climatización.


En 3eITE ARQUITECTURA, le ayudamos a solucionar cualquier problema relacionado con el calentamiento de su edificio o vivienda. Consúltenos.


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